viernes, 4 de diciembre de 2015

La piedra de Oppenheimer

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Notarás que ya no hablo de política. Fui claro el 22, la mitad más uno eligió y la clase media que ascendió con el gobierno peronista se creerán ricos por cuatro años, hasta que pierdan todo. No se preocupen, ésto es una rueda, ya lo dije y como no me gusta la autorepetición, mantengo la preocupación por nuestro país pero no me desvivo por los que buscan la autodestrucción.

Bueh, no era el tema que tenía en mente, aunque en éste blog tengo free pass al "subjetiveo".

Yendo a lo que importa: llevo meses observando la información que los diarios publican, diariamente. Y... es horrible darse cuenta de lo mucho que manejan la información, a conveniencia de unos o de otros. Tan descarada llega a resultar la cuestión que, sin tomar de ejemplo a los diarios más vendidos o a los oficiales, leo la tapa del Popular y te informan que se aplicaron multas a los comercios que aumentaron de garcas sus precios, antes del cambio de gobierno. Al lado, veo el Muy, publicando la misma noticia pero informando que el ministro no tomó medidas y pateó para la próxima gobernación el problema.


Según mis estudios, un diario es medianamente objetivo y el otro, completamente amarillista. Más allá de mi opinión y de quién no esté diciendo la verdad, a la gente le encanta olvidarse de la responsabilidad que representa ser el que "comunica" y en su lugar, elige llevar la información a niveles egoístas/convenientes/destructivos/chucha chucha.

Y ni quise hablar de Clarín... o de Nación... casos crónicos, si los hay.

Aún así, me pregunto si la culpa la tiene el que miente o el que elige creer la mentira.

Oppenheimer, tu bomba atómica fue un poroto al lado de éstos cien años de cambalache.

G

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