viernes, 21 de junio de 2013

Tan de ella

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Por primera vez (desde que me dejó por otro de sus caprichos), me sentí capaz de vernos y de generar un trato cordial entre los dos. Siempre resulté ser visceral para éstas cosas de "ex", pero ésta semana, nuestros mensajes se habían generado dentro de un buen clima y ambos habíamos arreglado en buenos términos. Esperaba, así, un encuentro ameno.

A la hora de vernos y todavía sin salir, apareció mi vieja y se paró delante de mí. "Te mandó un mensaje" le dije y asintió. Quería que mi vieja saliera por mí.

Ya de por sí son molestos los caprichos de una persona; peor aún, un cambio de plan malhumorado y nacido del egoísmo.

G

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